Pusher II. Nicolas Winding Refn
En esta ocasión la historia se centra en Tonny, que tras su salida de la cárcel le pide trabajo a su padre, un gangster de Copenhage, al que intentará no decepcionar.
Está a la altura de la primera parte, pero con una actitud diferente. Conserva la autenticidad de unos personajes que parecen sacados de un documental de bajos fondos, llamando la atención la evolución de Tonny, si no más maduro almenos más tranquilo. Sigue habiendo situaciones de endeudamiento, violencia, pero se nos acerca más al mundo interior del protagonista a su lado más humano, generándo al espectador una mayor empatía por él y eso lo consigue este magnífico realizador danés, para mí ya de culto, con imágenes muy bien ambientadas que lo dicen todo.
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