Vigilancia extrema

Surveillance. Jennifer Chambers Lynch

Siguiendo los pasos de papá y de que manera. Dos agentes del FBI (Bill Pullman y Julia Ormond) llegan a una localidad desolada siguiendo las huellas de dos asesinos seriales. Allí entrevistarán a tres testigos del último ataque.

De entrada, Jennifer consigue una atmósfera opresiva, similar a las películas de su progenitor, mezclado con la estética road movie, con un buen resultado. He disfrutado con la trama, por que esta directora juega como quiere con el espectador. Te engancha desde el principio y te tiene desconcertado todo el largometraje, con un humor muy negro. Para facilitar este efecto, usa personajes extravagantes, que tardan en mostrar su cartas. Hay un detalle que me hizo gracia y es que el actor Bill Pullman,me dió la impresión de que parecía el jodido Robert de Niro, en la voz, gestos, manera de actuar y vamos, lo clavaba. La elección de la música es tan buena como la que hubiera hecho su papi. Un ejemplo de como hacer buen cine con poca pasta... mejor película Festival de Sitges 08.

Ex Drummer

Ex Drummer. Koen Mortier

Se podría decir que es la nueva Trainspotting Belga, pero es mucho más que eso. Basado en la novela de Herman Brusselmans, trata la historia de un apuesto y cínico escritor que es invitado por tres anormales sociales y con unas ciertas taras físicas, a ser el baterista de su grupo de rock. Se une a ellos para usar la experiencia como inspiración para su próximo libro y porque quiere salir de su mundo feliz y "descender a los abismos de la estupidez, fealdad, torpeza, falta de fe y falsedad".

Una excepcional fotografía retrata una actual realidad belga, que refleja una sociedad que se desmorona, con actitud reacia a la inmigración y llena de ese vacío existencial tan nórdico, con grandes dosis de sordidez. Aún así te arranca la sonrisa con su ironía y momentos surrealistas grandiosos. De los personajes puedo decir que a parte de carismáticos , son igual de creíbles que los de la película The Pusher. Por supuesto la música, que es bestial, está muy presente, va desde el rollo garajero al jamaroso estilo doom, experimental, psicodélico,progresivo, dándole al film una atmósfera de melancolía rockera y marcando el ritmo a los planos secuenciales de las escenas, como haría un batería en su grupo. Es muy probable que acabe siendo una peli de culto, si ya no lo es.

Carandiru

Carandiru. Héctor Babenco

De la pocas películas que encuentro a la altura de Ciudad de Dios. La Casa de Detenciones de Sau Paulo, comúnmente llamada Carandiru, es la cárcel más grande de Latinoamérica y sufre una gran superpoblación en sus celdas, imaginaos que hervidero. En ella entra a trabajar un doctor para empezar un programa de prevención del SIDA, antes de la terrible fecha del 2 de octubre de 1992, día de la Masacre.

La narrativa se vertebra a través del trabajo diario del doctor, donde se van presentando los diversos y pintorescos presidiarios. Usando flashback, podemos ver las intrépidas vidas de estos personajes antes de ingresar en la penitenciaría y que les condujo a ella. Esta ambientación doble, nos permite comprender la realidad social de la lúgubre cárcel, como las barriadas de donde proceden, con todos sus aspectos agridulces, sin perder el hilo. Muchos de los actores tienen una presencia tal, que crees que estás ante un criminal de verdad.






Un dato curioso, es que la película llevó un total de 3 años en producirse. Babenco reunió una gran cantidad de los actores más prestigiosos de Brasil y los mezcló con una remesa de principiantes, que estuvo aleccionando durante meses en talleres. Utilizó más de 40 localizaciones, muchas movilizaciones de extras y kilómetros de metraje. El resultado no desmerece de tan arduo esfuerzo.